Descarbonización

La descarbonización implica reducir la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de una sociedad, y también aumentar la cantidad que se absorbe. Lo anterior supone cambiar muchos aspectos de la economía, si no todos: desde la forma en que se genera la energía y cómo se producen y se proveen los bienes y servicios, hasta la forma en que se construyen las edificaciones y se gestiona la tierra.

Para cumplir las metas del Acuerdo de París y mantener la vigencia del objetivo de 1,5 °C, los gobiernos y las empresas deben implementar la descarbonización para 2030. Una descarbonización real supone inversiones significativas en transporte e infraestructura con bajas emisiones de carbono, en fuentes de energía renovable, en la eficiencia de los recursos y una economía circular, y en la rehabilitación del suelo y la tierra. También implica reformular los modelos económicos actuales que apuntan al crecimiento a toda costa.

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