Los recursos del mundo son limitados, pero vivimos como si no lo fueran. Nuestro sistema de producción y consumo se basa en tomar recursos preciosos, y cada vez más escasos, del medio natural, crear productos con una vida útil efÃmera y desecharlos para luego comprar otros nuevos. Esta situación simplemente no es sostenible. Muchos recursos minerales están sobre-explotados y los sumideros (vegetación, suelos, océanos) para asimilar los residuos que generamos, colapsados. Un planteamiento suicida que nos conduce a una rueda sin fin, como se viene alertando desde 1972 en el informe Los lÃmites del crecimiento, encargado por el Club de Roma y que se ha visto corroborado por otros muchos posteriores. El metabolismo económico funciona siguiendo procesos industriales lineales que extraen materias primas, fabrican, transportan, consumen y generan basuras de todo tipo, a lo largo de una cadena dispersa y deslocalizada por todo el planeta. La sociedad de consumo es un elemento fundamental en esta situación y se caracteriza por una demanda creciente de objetos y servicios, especialmente en los paÃses centrales. Desde hace unos años se trata de visibilizar esta extralimitación y sensibilizar a la población mediante propuestas como el Overshoot Day, o la fecha del año en la que consumimos globalmente todos los recursos que el planeta tiene capacidad de regenerar anualmente, según datos de Global Footprint Network. La fecha no para de adelantarse, en 2020 se fijó en el 22 de agosto, contando con que la Huella Ecológica global se contrajo en casi el 10% debido a la COVID19. Las conclusiones son que actualmente de forma global consumimos recursos como si dispusiéramos de 1,6 planetas Tierra. En el caso español los datos son todavÃa más alarmantes, pues la fecha se adelantarÃa hasta el 27 de mayo, y universalizar nuestros patrones de consumo exigirÃa más de dos planetas. La continuidad de este modelo en el tiempo es simplemente algo imposible.
