Huertos comunitarios

Los huertos sociales o comunitarios están formados por un conjunto de parcelas urbanas destinadas al cultivo de plantas hortícolas, y tienen como base la agricultura ecológica. Funcionan en su mayoría gracias a los convenios que establecen las autoridades locales con una o varias personas para su explotación.

Este tipo de huertos se caracteriza por tener unas zonas comunes para que todos los participantes del proyecto puedan utilizar una serie de infraestructuras comunitarias (servicios, caminos, etc.) que faciliten las labores agrarias.

Se pueden distinguir hasta 5 funciones principales que realizan los huertos sociales:

Urbanísticas: convierten los espacios degradados o abandonados en lugares útiles, y mejoran el paisaje de la ciudad al añadir más zonas verdes a cada barrio o distrito.

Medioambientales: ejercen de filtro ante la contaminación, actuando a modo de pulmón y mejorando la calidad del aire con oxígeno puro.

Terapéuticas: los cultivos al aire libre proporcionan muchos beneficios relacionados con la salud y el bienestar personal, pues ayudan a eliminar el estrés y conllevan un ejercicio físico moderado.

Sociales: los huertos comunitarios representan una gran oportunidad para realizar actividades en conjunto, bien sea por motivos familiares, terapéuticos, educativos, o simplemente por hobby.

Culturales: mediante la labor agrícola se mantienen las tradiciones vinculadas al campo y el saber local, que se ven renovadas por el aprendizaje y la actuación de nuevos actores.

Tipos de huertos sociales

Esta clasificación puede incluir más ejemplos, tantos como objetivos en común puedan marcarse en cada proyecto (fines científicos, comerciales, etc.), y la forma en la que se denomina cada tipo de huerto es susceptible a cambios según el área geográfica. Los huertos más usuales son:

Huertos de subsistencia: tal y como su nombre indica, tienen la función principal de proporcionar alimentos para las personas que se encargan del cultivo, por lo que son de carácter autosuficiente.

Huertos educativos: tienen una función pedagógica, y pueden utilizarse para el aprendizaje escolar, en el ámbito universitario o con personas mayores. Se ubican tanto en el interior de los centros como en parcelas exteriores.

Huertos terapéuticos: se usan para ayudar a las personas con algún grado de discapacidad o minusvalía, problemas psicológicos, drogodependencia, etc. Dependen de programas de asistencia social.

Huertos de ocio: son de carácter recreativo, por lo que representan un hobby para los participantes, que se encargan de las tareas de cultivo en su tiempo libre, en muchos casos durante las vacaciones.

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