Desacoplamiento económico

El desacoplamiento (decoupling) es el proceso teórico según el cual mientras la economía continúa creciendo, las presiones ambientales decrecen. Estas mejoras ambientales se conseguirían mediante aumentos en la eficiencia y cambios tecnológicos. Es decir, conforme a este concepto, es posible desligar el crecimiento económico de la degradación ambiental.

Este concepto de desacoplamiento es la piedra angular sobre la que se basa el plan de transición a la sostenibilidad propuesto por el establishment y que está progresivamente sustituyendo a la propuesta de “desarrollo sostenible”, que parece haberse quedado desfasada: el Crecimiento (o Economía) Verde. Éste consistiría básicamente en la continuación del crecimiento económico, pero rompiendo la sólida relación histórica entre éste y el creciente agotamiento de recursos e impactos ambientales. Desacoplándolos. La idea es que se reduzca el uso de recursos e impactos ambientales en paralelo a un mayor consumo de bienes y servicio. Desmaterializando la economía. Pongamos un ejemplo sencillo: que se incremente el número de coches producidos y adquiridos por la sociedad, pero extrayendo una menor cantidad de materias primas y requiriendo menos energía tanto para su construcción como para su funcionamiento. Todo ello en un proceso continuo, de forma que esa divergencia iría aumentando progresivamente. De hecho, dado el gran nivel de insostenibilidad actual, la reducción de impactos debería de producirse a un ritmo muy elevado.

Organismos como la OECD, la Comisión Europea, el Banco Mundial o el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) han publicado numerosos informes y recomendaciones políticas para animar a los estados a caminar en la dirección del desacoplamiento entre el crecimiento económico y el uso de recursos e impactos ambientales. En la misma línea, el Objetivo de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas nº8 incluye “Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible”

La idea del desacoplamiento se remonta a los años 70, pero es a partir de los 90 cuando se le empieza a prestar atención. Según algunos economistas, a medida que las sociedades se desarrollan incrementan su impacto ambiental. Pero al alcanzar un umbral de desarrollo (medido en renta per cápita), se produce naturalmente un desacoplamiento y gracias a la innovación se empieza a crecer usando menos recursos y con menor impacto ambiental, lo que se conoce como “Curva Ambiental de Kuznets

Hay dos tipos de desacoplamiento: relativo y absoluto.
El desacoplamiento relativo implica que si sube el PIB también sube la utilización de recursos y/o el impacto ambiental, pero sube menos que el PIB. Por ejemplo, si el PIB crece un 3% y el uso de recursos un 1,5% donde antes crecía un 3%, esto es un desacoplamiento relativo.
El desacoplamiento absoluto implica que el PIB puede crecer sin que crezca el uso de recursos o el impacto ambiental e incluso que disminuyan. Por ejemplo, si el PIB crece un 2% y las emisiones de gases de efecto invernadero caen un 1%, esto es un desacoplamiento absoluto.

Los informes del IPCC advierten que para lograr mantenernos dentro de un rango de temperaturas que sean compatibles con el normal desarrollo de la actividad humana se tiene que actuar de forma rápida y contundente entre hoy y 2040. Para lograr los objetivos marcados el desacoplamiento debe ser: absoluto, global, permanente, rápido y suficiente.

Las principales críticas al desacoplamiento señalan que no hay evidencia empírica sólida del mismo. Así lo señala este informe elaborado por la red ecologista European Environmental Bureau (EEB). Los autores analizan varios estudios que hablan de desacoplamiento, tanto relativo como absoluto, encontrándose que buena parte de los estudios que afirman que se ha logrado un desacoplamiento solo lo consideran a nivel local, sectorial o en una ventana temporal muy pequeña.

« Volver al índice
Scroll al inicio